Gran parte del hielo marino que cubre el Ártico podría desaparecer en 2020 si la tendencia de deshielo sigue al ritmo actual, lo cual provocaría “una situación de emergencia planetaria de consecuencias irreparables“.
La advertencia fue lanzada durante un encuentro organizado por el grupo ecologista Greenpeace para abordar los últimos cambios “dramáticos” en los polos, el Ártico y la Antártida, y exigir una respuesta rápida de la comunidad internacional, a pocos días de un nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Durante el encuentro, en el que intervinieron media docena de expertos, se presentaron análisis e imágenes captadas por satélite que evidencian como la extensión de los glaciares del Ártico ha disminuido un 13 % desde 1979 a 2012, lo que supone más de cuatro millones de kilómetros de extensión.
El profesor de la Escuela Naval de Postgrado de Estados Unidos Wieslaw Maslowski, dijo que la comunidad internacional está ante una situación de “emergencia planetaria” que requiere “la concienciación de toda la población y de los dirigentes políticos antes de que absolutamente perdamos el control”.
En este sentido, recordó el origen humano del causante del cambio climático, ya que las condiciones ambientales en el Ártico se han visto afectadas por las decisiones tomadas por el conjunto de la comunidad internacional, en particular sobre las emisiones de gases de efecto invernadero.
Entre las medidas que propuso Maslowski se encuentra, por ejemplo, la subida del precio de la extracción de energía fósil, como el combustible o el gas, y el desarrollo por parte de los gobiernos de nuevas tecnologías que permitan generar una política energética real, con la creación de vehículos y edificios más eficientes.
Por su parte, el científico James Hanses alertó que el deshielo en el Ártico crece a un ritmo “muy rápido”, por lo que la temperatura y el nivel del agua aumenta y, a largo plazo, podría cubrir zonas habitadas, lo que provocaría daños irreversibles para la seguridad regional y mundial.
Los expertos también coincidieron en criticar que actualmente el deshielo del Ártico es visto por la comunicad internacional como una “oportunidad económica” y no como un “efecto dañino” del cambio climático. Así, denunciaron que los gobiernos han aprovechado el deshielo para abrir nuevas ruta marítimas en el norte y poder mejorar el comercio mundial y para ampliar las zonas de pesca.
Los efectos del cambio climático se están sintiendo con mayor intensidad en el Ártico, donde el deshielo crece entre dos y tres veces más rápido que el promedio mundial, aunque los especialistas destacaron que lo que sucede en los polos es un “barómetro global” de las consecuencias del cambio climático.
Fuente:ethic la vanguardia de la sostenibilidad