imprimir



Francesco Filippi , director del área de proyectos de la Fundación MUSOL.

El cambio climático es el resultado de una externalidad negativa asociada a las emisiones de Gases de Efecto Invernadero. Una externalidad negativa es un coste relacionado con la producción de bienes o con la prestación de servicios que no es asumido por el agente que realizada la actividad. Dicho coste se trasfiere a otros, muy frecuentemente a la sociedad en general. El cambio climático es una externalidad negativa de todas aquellas actividades económicas que para ser llevadas a cabo provocan la emisión de Gases de Efecto Invernadero. El coste del cambio climático no es asumido por los productores de dichos bienes y servicios y no está reflejado en su precio.  No es la única externalidad negativa de tipo medioambiental asociada a actividades productivas pero se diferencia de otras por varios motivos. Entre otros, recordamos que tanto las causas como las consecuencias del cambio climático son globales y las fronteras no circunscriben ni limitan el alcance del fenómeno. Además, su impacto es a largo plazo y duradero, es una externalidad negativa que repercutirá sobre las generaciones futuras. De hecho, la cantidad de gases de efecto invernadero acumulada en la atmósfera es de tal magnitud que aunque hipotéticamente consiguiéramos reducir las emisiones de forma drástica a corto plazo, los efectos del cambio climático perdurarían por muchos años. Hay que recordar además que las emisiones no proceden exclusivamente de actividades productivas. Muchas actividades cotidianas de los hogares (el transporte privado, la calefacción y el aire acondicionado, etc.) también contribuyen a elevar la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

Según los economistas, si el mercado opera de forma libre, las emisiones de gases de efecto invernadero aumentarán sin control, porque las empresas y los hogares no tienen incentivos suficientes para reducir dichas emisiones. El cambio climático se define como un “fracaso del mercado” (Stern, 2006) porque cuando los mercados no maximizan el bienestar de las sociedades se considera que estos fallan y se hace necesaria la intervención del Estado para corregirlos. Corregir y orientar los mercados requiere dar un precio a las emisiones, estimulando el mercado para que estas se reduzcan, mediante la adopción de tecnologías limpias, el ahorro energético, etc.

Pincha para leer el artículo completo

Este artículo ha sido elaborado y publicado con el apoyo financiero de la Agencia Española deCooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), en el marco del proyecto “Cooperacióninternacional al desarrollo y cambio climático: una tarea global”. El contenido de dicho texto es responsabilidad exclusiva de la Fundación MUSOL - Municipalistas por la Solidaridad y el Fortalecimiento Institucional y no refleja necesariamente la opinión de la AECID. Seguimos realizando cursos y exposiciones fotográficas por toda la geografía españolaSi estás interesado/a en organizar o conocer nuestra exposición fotográfica interactiva sobre Cambio Climático y Desarrollo, si quieres recibir el CD con el kit pedagógico "Cambio Climático y Cooperación al Desarrollo" o si quieres organizar o participar en un curso sobre el tema, contáctanos

Begoña García, Email: sensibilizacion@musol.org

Teléfono : 963817509

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. To find out more about the cookies we use and how to delete them, see our privacy policy.

  I accept cookies from this site.
EU Cookie Directive plugin by www.channeldigital.co.uk